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viernes, 17 de enero de 2014

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Y no hay un día que pase sin que piense una, diecinueve o veinte veces si algún día podré estar contigo sin tener que contar los días en mi cabeza que me quedan para echarte de menos.

martes, 8 de octubre de 2013

Regardless

Echar de menos todas las cosas que te agradan de una persona y llamarlo costumbre.
Echar de menos todas las cosas que te molestan del mismo y llamarlo amor.
Echar de más y esperar que sea por tener un mal día.

viernes, 2 de agosto de 2013

Relationshit.

-Mañana cenamos juntos, y cocino para ti.

Para ella los detalles eran muy importantes. "Es lo que demuestra el amor hacia una persona". Yo siempre pensaba entonces en cuando estaba horas para escoger cuatro palabras que yo consideraba perfectas para expresar mis sentimientos. En cuando me cambio 20 veces de ropa y me maquillo y desmaquillo cinco para estar atractiva para alguien que juraba que me encontraba preciosa siempre.
Ella creía que te esforzabas más para que todos los detalles fueran perfectos si querías a alguien: el color de las velas, el olor del incienso, lo frías que estaban las cervezas. Yo creía, sin embargo, que aunque tenía parte de razón, los detalles creaban una realidad paralela que acabaría por desaparecer, y sólo quedaría entonces el recuerdo del esfuerzo que una vez hiciste por acordarte de todas las tonterías que a ella le gustaban, de todas las tonterías que creías que a él le gustarían.

Se acordó de mis palabras cuando, al día siguiente, fue a su casa, y mientras subía nerviosa las escaleras imaginaba la mesa puesta y un par de botellas de sidra, o quizás cerveza. El olor rompió de golpe su imaginación, y ya no fue de tal magnitud su sorpresa gracias a este intruso cuando vio la bolsa del burger.
-Aquí sólo hay una hamburguesa...
-Yo no tengo hambre.

Ahí estaba la realidad que habían estado ocultando este tiempo: comer sola una hamburguesa sentada en el sofá. Al menos él recordó que prefiere las de pollo...

martes, 11 de junio de 2013

Tentempié.

Lejos, como el aire, que sólo acude forzosamente al respirar, que si tú no le llamas no viene a socorrerte. Mal, como un triste monosílabo, como un triste rostro que no tiene voz. Dicen que el silencio es el grito más fuerte, pero a tu ahogada voz no la escucha nadie, ni el aire, lejano, que no ayuda. Tarde, como el sol que se esconde, que huye, igual que el mar. Igual que tú. Igual que el aire.

sábado, 27 de abril de 2013

Bécquer || La fe salva.

"(...)En busca de un poco de salud, conocí a una mujer extraña, de una dulce y marchita belleza. Representaba tener unos veintiocho años, aunque el sufrimiento, sin duda, había puesto en su rostro un sello de prematura vejez(...).
La extraña belleza de la desconocida; su rostro, donde se reflejaba un oculto dolor; su vida apartada y silenciosa, me impresionaron tan profundamente, que, sin yo quererlo, empezó a forjar mi fantasía una novela, novela absurda y disparatada, de la que ella era la protagonista, el único y central personaje alrededor del cual giraba el mundo entero(...).
El sol acababa de hundirse en el ocaso, tiñendo el horizonte de una tonalidad violeta. En el cielo, como una lágrima, temblaba el lucero de la tarde.
Durante nuestro paseo pude adivinar que un gran dolor consumía lentamente su vida. Nada me dijo ella; pero en el fondo de sus ojos grises leí como en un libro abierto.