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jueves, 2 de febrero de 2012

afraid to-

Me miré en el espejo y sí, era yo, lo que se reflejaba era mi físico: mi pelo, mi cara, mi cuerpo, mi ropa. Si me movía, mi 'otro yo' se movía exactamente igual. Eso es lo que hace un espejo, te muestra tal y como eres, al menos lo más objetivamente que tus sentidos te dejan. No sé qué buscaba en ese reflejo que me mostrara lo que había cambiado, porque no era nada externo.
Entonces busqué en mis ojos, ya no era una niña asustada, ni una preadolescente dándoselas de fuerte. Se puede decir que soy semi/intento de/proyecto de/casi/(inserte otro sinónimo aquí) adulta. Pero los miedos de siempre estaban ahí, el miedo al mañana, al que seré, al fracaso. ¿Y si me levanto mañana, salgo de la cama y me doy cuenta de que odio mi vida? Si me he equivocado, si lo he hecho todo mal, si no he vivido como he querido...¿entonces qué?. Igual es tarde. Igual ya no me dará tiempo a cambiar las cosas. Y tendré que conformarme con una vida de mierda como todas las personas que no han tenido los cojones necesarios para elegir su vida. Yo quiero tener esos cojones, disfrutar al máximo cada -irrepetible- segundo de mi maldita vida y no arrepentirme, ni por un instante, de las cosas que he hecho, sino de las cosas que he dejado de hacer porque no me atrevía.

1 comentario:

  1. Si es autobiográfico y consigues una mínima parte de lo que pretendes, serás una persona feliz. Eso sí, prepárate para la incomprensión, las miradas recelosas y la envidia. Será las compañeras de los que te observen(mos).

    Y si no lo es, que espero que sí lo sea, sigue siendo un texto precioso y toda una declaración de intenciones.

    Besinos

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