Twitter

sábado, 27 de abril de 2013

Bécquer || La fe salva.

"(...)En busca de un poco de salud, conocí a una mujer extraña, de una dulce y marchita belleza. Representaba tener unos veintiocho años, aunque el sufrimiento, sin duda, había puesto en su rostro un sello de prematura vejez(...).
La extraña belleza de la desconocida; su rostro, donde se reflejaba un oculto dolor; su vida apartada y silenciosa, me impresionaron tan profundamente, que, sin yo quererlo, empezó a forjar mi fantasía una novela, novela absurda y disparatada, de la que ella era la protagonista, el único y central personaje alrededor del cual giraba el mundo entero(...).
El sol acababa de hundirse en el ocaso, tiñendo el horizonte de una tonalidad violeta. En el cielo, como una lágrima, temblaba el lucero de la tarde.
Durante nuestro paseo pude adivinar que un gran dolor consumía lentamente su vida. Nada me dijo ella; pero en el fondo de sus ojos grises leí como en un libro abierto.

1 comentario:

  1. "Durante nuestro paseo pude adivinar que un gran dolor consumía lentamente su vida. Nada me dijo ella; pero en el fondo de sus ojos grises leí como en un libro abierto."

    Precioso! Ye una gozada.

    ResponderEliminar